¿Qué son los hongos en las uñas de los pies?

Los hongos en las uñas u onicomicosis (nombre de la patología) son infecciones producidas, como bien indica su nombre, por hongos y/o levaduras, aunque en determinadas ocasiones nos encontramos bacterias en las mismas.

Las formas de adquirir esta patología son múltiples, siendo las más comunes una bajada importante de defensas (producida por otra enfermedad que estemos sufriendo), traumatismos en las uñas, contacto directo y repetitivo en zonas comunes, algún medicamento, etc.

Es muy importante detectarlo cuanto antes, ya que el tratamiento y el resultado del mismo está directamente relacionado con el tiempo de infección y la cantidad de uña que se encuentre afectada.

Como diagnóstico diferenciador principal, deberemos tener en cuenta que el paciente no presente psoriasis, ya que, en multitud de ocasiones, nos encontramos con pacientes que son tratados de hongos en las uñas, cuando realmente lo que presentan son uñas afectadas por psoriasis (uñas psoriásicas comúnmente llamadas).

Los hongos en las uñas son más frecuentes en pacientes adultos a partir de los 35 años, aunque no es extraño ver infecciones por hongos en pacientes de menor edad.

¿Qué tratamiento podemos aplicar a los hongos en las uñas?

Lo primero que debemos saber es el tipo de microorganismo al que nos enfrentamos, por ello, en la mayoría de las ocasiones se debe tomar una pequeña muestra de la uña y del material que se encuentra bajo ella y enviarla a un laboratorio para analizar.

Una vez obtenidos los resultados, sabremos de qué tipo de hongo se trata y en consecuencia optaremos por el tratamiento más adecuado.

Nunca nos cansaremos de deciros que los tratamientos siempre deben ir bajo prescripción de un profesional sanitario, nunca debemos automedicarnos y menos con infecciones de este tipo, ya que se hacen resistentes muy fácilmente si no aplicamos los tratamientos adecuados y bajo la supervisión de un profesional sanitario.

Los resultados de todos los tratamientos suelen llevar un poco de tiempo al ir ligado al crecimiento de la uña, por tanto, no podremos sacar conclusiones como mínimo hasta los 4 meses de comenzar cualquier tratamiento (en algunos casos podemos estar hablando de 1 año)

Tipos de tratamientos:

• Antifúngicos tópicos: de tipo laca ungueal, suelen ser los tratamientos de 1ª elección por ser los más conservadores. Su efectividad va directamente ligada al tipo de hongo al que nos enfrentamos y a la constancia por parte del paciente en su aplicación.
• Láser: es la solución más conservadora y de última tecnología. Se suele complementar con los antifúngicos vía tópica. La duración del tratamiento suele ser de 6 sesiones (1 por semana) con algún refuerzo puntual con 1 o 2 sesiones más. Los resultados no se verán hasta que la uña crezca (unos 4 o 5 meses).
• Cirugía: en numerosas ocasiones es la opción más recomendable, sobre todo si el hongo produce dolor por el engrosamiento de la uña. Se realiza bajo anestesia local, en régimen ambulatorio y no precisa de ningún cuidado en especial. Una vez retirada la uña, se aplicará el antimicótico tópico directamente en la zona afectada, por lo que podremos resolver la infección más rápida y fácilmente. En ocasiones podremos combinar la cirugía con la aplicación del Láser.
• Antifúngicos orales: estos medicamentos suelen ser la última opción, dado que tienen muchas contraindicaciones y pueden producir varios efectos secundarios. Las opciones comprenden la terbinafina y el itraconazol. Estos medicamentos contribuyen a que crezca una nueva uña libre de infección, que reemplaza lentamente la parte infectada.

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